Director Centro Residencial
Jardín-Tardajos
El envejecimiento de la población es un gran triunfo en el desarrollo de la humanidad, pero también es un gran desafío, al exigir grandes cambios y ajustes económicos y sociales. Ser mayor, a comienzos del siglo XXI, supone el desafío de envejecer en una sociedad acelerada, en continuo cambio, donde las personas mayores se enfrentan a nuevos problemas que generan muchas dudas y preguntas a nivel político, económico y social. Sin duda, el mundo debe afrontar el desafío derivado de la vejez: Seguir mejorando la calidad de vida de las personas mayores, mejorar los servicios a la dependencia y hacer sostenible sus ingresos y nivel de vida.
¿Qué significa envejecer en el mundo actual? ¿Cuáles son sus necesidades básicas? ¿Qué necesitan para tener una buena calidad de vida? ¿Con qué recursos pueden contar? ¿Cómo afecta a su bienestar y calidad de vida? ¿Cómo se puede ayudar a las personas mayores a mantener su autonomía e independencia?
¿Qué iniciativas políticas y económicas hay que implementar para proteger
y ayudar a las personas mayores?
Mucho se ha avanzado en el concepto de vejez desde el modelo médico tradicional que se centraba en los cambios biológicos, físicos y fisiológicos, en términos de déficit y de involución, hasta el modelo de desarrollo, basado en la necesidad de redefinir la vejez como una etapa diferente de la vida plena de posibilidades.
A pesar de los avances, la sociedad a menudo continúa relacionando la vejez y los mayores con la enfermedad, la dependencia y la falta de productividad, en muchas ocasiones haciendo caso omiso de su experiencia y su sabiduría, por lo que, es necesario subrayar la enorme heterogeneidad de este grupo de edad que hace que sea imposible disponer de una imagen única capaz de representar adecuadamente a todos ellos. Es un hecho que la forma de pensar y de vivir de muchos mayores contrasta con los estereotipos que existen respecto a este grupo de edad.
En este contexto social, surge una nueva forma de entender el envejecimiento, un modelo que favorece a las personas de más edad pero, también, a la sociedad en su conjunto, el Envejecimiento Activo.
La mejor definición es la adoptada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que define el “Envejecimiento Activo” como “el proceso por el que se optimizan las oportunidades de bienestar físico, social y mental durante toda la vida, con el objetivo de ampliar la esperanza de vida saludable, la productividad y la calidad de vida en la vejez”. Esta definición no sólo contempla el envejecimiento desde el punto de vista de la atención sanitaria, sino que incorpora todos los factores de las áreas social, económica y cultural, que impactan durante el proceso de envejecimiento de las personas. La falta de recursos en muchos casos y la desigualdad, la soledad, la dependencia extrema, o la falta de cuidados son amenazas crecientes.
El Envejecimiento Activo sigue siendo un proyecto a desarrollar con tres pilares básicos: Participación, Salud y Seguridad.
A la vejez, vitales
Con estas premisas surgen diversas iniciativas de sociedades científicas, medios de comunicación, asociaciones de mayores, organizaciones empresariales de atención y cuidados y colegios profesionales, entre las que se ha creado en nuestro país, el movimiento “A la vejez, vitales”, que tiene como objetivo colaborar con las instituciones públicas para "diseñar un envejecimiento activo y saludable, basado en políticas sanitarias de prevención" . En el mes de Diciembre del pasado año, se ha adherido a esta iniciativa, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), una de las sociedades científicas europeas más numerosa y activa, en continuo crecimiento, que busca impulsar, implementar y divulgar el conocimiento en el proceso del envejecimiento, la salud y la calidad de vida de las personas mayores, desde una perspectiva individual y social.
Un movimiento social pionero de estas características pretende representar a los más de seis millones de personas mayores en España y su objetivo es alentar y formar parte del desarrollo de políticas orientadas a las personas mayores, centradas en especial en la prevención y la promoción de un envejecimiento activo y saludable”. El objetivo es extender la calidad y esperanza de vida a edades avanzadas.
Iniciativas como esta surgen en un contexto concreto, ya que nos encontramos en la Década del Envejecimiento Saludable 2021-2030, una iniciativa de colaboración mundial de distintos sectores y partes interesadas, entre ellos gobiernos, la sociedad civil, organizaciones internacionales, profesionales, instituciones universitarias, medios de comunicación y el sector privado, para mejorar la vida de las personas mayores y la de sus familias y comunidades, centrado en cuatro ámbitos de actuación estrechamente interconectados:
• Cambiar nuestra forma de pensar, sentir y actuar con respecto a la edad y el envejecimiento
• Fomentar las capacidades de las personas mayores
• Ofrecer una atención integrada y centrada en las personas, y servicios de salud primarios que respondan a las necesidades de las personas mayores;
• Proporcionar acceso a la atención a largo plazo para las personas mayores que lo necesiten.
Es preciso que en cualquier lugar del mundo, las personas puedan envejecer en condiciones de dignidad y seguridad, disfrutando de la vida gracias a la plena vigencia de todos sus derechos y libertades. Con este objetivo fundamental e ineludible, siempre buscando mejorar, tenemos por delante grandes retos, pero podemos pensar que estamos en el buen camino.