Educadora Social. Especialista en Violencia de Género y en Orientación Sociolaboral. Mediadora Familiar, Civil y Mercantil.
Seguro que en más de una ocasión te han hablado o has leído en algún lugar sobre la importancia de desconectar. Es probable que, si lo has hecho muchas veces, pases por alto este mensaje creyendo poco o nada en su fundamento. Sin embargo, si paras un segundo y reflexionas al respecto, es posible que empieces a entender verdaderamente su sentido.
En estos días de verano y en puertas a que muchas personas podamos disfrutar de unos más que merecidos días de descanso, podemos realizar una reflexión sincera sobre la importancia de desconectar para volver a conectar.
Y es que ponerse en modo de desconexión de manera repentina es muy complicado cuando estamos subidos en la vorágine del día a día. Necesitamos ir bajando poco a poco las pulsaciones del ritmo estresante en el que vivimos.
A veces, vivimos en modo automático, cumpliendo con todo aquello que tenemos que hacer (o que creemos que «tenemos» que hacer sí o sí). Dejamos poco espacio al diálogo con nosotros mismos, a preguntarnos «qué tal», «cómo te van las cosas», «¿te sientes satisfecho con lo que haces?». Es muy probable que, si lo hiciéramos de manera real, permitiéndonos escuchar las respuestas con atención, muchas personas se verían con la necesidad de aceptar unas respuestas negativas.
Lejos de temer el hecho de tomar conciencia de que algo no va bien, podemos pensar que es una oportunidad de cambio, aunque a veces de miedo. Esto nos permitirá recuperar el sentido de nuestra vida, saber qué acciones cotidianas nos están acercando a nuestra mejor versión y cuáles nos alejan. Pero para escuchar esa vocecilla interior, es necesario, en ocasiones, tomar distancia de todo el ruido que nos rodea; frenar.
Porque el autocuidado y el abrazo a uno mismo es necesario para reconstruirse cuando las cosas se tambalean.
Si conseguimos esta desconexión, la mente se desbloqueará, activándose otras áreas cerebrales que nos ayudarán a mejorar la creatividad, pensar fuera de la caja y valorar nuevas perspectivas.
Pero a veces, aunque estemos descansando o sin actividad física, nuestro interior no lo está. Esa actividad mental en la que estamos revisando todo lo que tenemos pendiente no nos deja desconectar y recuperarnos física y mentalmente. Por ello, es tan importante poder disponer de unos días libres para cortar con nuestra rutina diaria, descansar y desconectar.
Es necesario escuchar a nuestro cuerpo, tomar distancia de todo el ruido que nos rodea, frenar y dedicar tiempo al autocuidado. Y uno de los principales problemas que tenemos para no conseguirlo es la dependencia que tenemos actualmente de la tecnología. El poder dejar el móvil apartado en algún rincón, sin consular las redes sociales ni estar pendiente del WhatsApp o de los emails.
Algunos de los puntos que podemos considerar son: medir nuestra exposición a la información; la importancia de decir NO, no podemos estar pendientes para todos y para todo siempre; respetar los días de descanso; tomarte días para descansar y desconectar de todo; tomarse tiempo en silencio; o hacer escapadas en solitario.
Regla de las 5C
Controla el tiempo
Organiza tu día de trabajo de manera eficiente para maximizar la productividad y minimizar el estrés. Define horas específicas para trabajar y horas para desconectar.
Esto puede implicar establecer horarios de trabajo fijos y resistir la tentación de revisar correos electrónicos o mensajes de trabajo fuera de ese horario, inclusive a pensar en tareas del trabajo mientras no estás en él.
Comunícate
Aprende a establecer límites y priorizar tus necesidades personales, es fundamental para mantener un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal. No tengas miedo a decir “no” a tareas adicionales o compromisos que interfieran con tu tiempo libre y bienestar.
Es fundamental comunicar tus necesidades y límites a tus compañeros de trabajo de manera clara y respetuosa. Esto puede implicar establecer expectativas realistas sobre los tiempos de respuesta fuera del horario laboral y negociar horarios flexibles cuando sea posible.
Cuídate
No subestimes la importancia del autocuidado, tanto a nivel físico como emocional. Esto puede incluir hacer ejercicio regularmente, practicar la meditación o la atención plena, dormir lo suficiente y buscar apoyo cuando lo necesites.
Crea
Dedica tiempo a actividades que te inspiren: pintura, cerámica, baile o escritura. Cualquier actividad con un toque creativo ayuda a despejar la mente y recargar energías, mientras practicas una actividad alejada de las pantallas.
Conexión limitada
Dedica tiempo todos los días para desconectar por completo de la tecnología, como apagar el teléfono durante la cena o antes de acostarte. Esto te ayudará a despejar la mente, reducir la fatiga digital y mejorar la calidad de tu sueño.
El tiempo libre en tu agenda no es tiempo desaprovechado, pues el autocuidado, el descanso y la desconexión de lo que te rodea es parte imprescindible de un estilo de vida saludable.
Y tú, ¿te animas a des-conectar para poder re-conectar?