Profesora Universitaria de la UNIR-CUNIMAD
Master en Optometría, Doctorado en Optometría
y Ciencias Visuales, Cambridge, Reino Unido
El glaucoma primario de ángulo abierto (GPAA) es la forma más común de glaucoma y es una enfermedad ocular muy común que sin tratamiento termina en ceguera, siendo la segunda causa de ceguera en el mundo, después de las cataratas, y la primera causa de ceguera irreversible. Es una enfermedad silenciosa ya que no tiene síntomas en los estadios iniciales, y casi la mitad de los casos están sin diagnosticar. Desafortunadamente, el número de casos va en aumento.
En el glaucoma, el paciente empieza perdiendo su visión periférica, aunque su visión central este intacta. Es difícil notar que perdemos visión periférica ya que en la mayoría de las actividades cotidianas usamos la visión central: leer, escribir, reconocer gente etc. Con el tiempo, y el avance de la enfermedad, la visión periférica se pierde hasta que el paciente tiene una visión muy restrictiva y en túnel. Las buenas noticias son que en la mayoría de los casos el glaucoma progresa lentamente, lo que nos permite detectarlo y derivarlo antes de que el daño interfiera en la calidad de vida del paciente. Si bien la pérdida de visión es irreversible, también es prevenible.
El Glaucoma reúne tres características importantes: prevalente, asintomático y tiene tratamiento con buen pronóstico si se detecta a tiempo. Por estas razones es importante hacerse revisiones visuales rutinarias. Con la saturación sanitaria producida por la pandemia, muchos pacientes han dejado de acudir a sus revisiones correspondientes con el oftalmólogo, lo que afecta negativamente a dos aspectos clave en el manejo del glaucoma: la detección precoz y la monitorización de su progresión.
En la óptica, al hacer un examen visual completo, además de revisar la visión del paciente revisamos también la salud ocular, midiendo la presión intraocular (PIO), ya que una PIO elevada es un factor de riesgo. También se revisa el fondo de ojo, con especial exploración de la papila del nervio óptico, ya que en los pacientes con glaucoma vemos una cabeza del nervio óptico más grande y blanquecina de lo que consideramos normal, debido a la muerte de ciertas células glanglionares. Aquellos pacientes con antecedentes familiares con glaucoma, tienen más posibilidades de desarrollar un glaucoma. Además, hay otros factores de riesgo como miopía media-alta, diabetes o el uso prolongado de corticoides, raza afro-caribeña, que hacen que el paciente tenga más posibilidades de desarrollar dicha enfermedad.
El oftalmólogo dispone de un amplio abanico de tratamientos que permiten controlar su progresión mediante la disminución de la presión intraocular. El glaucoma afecta aproximadamente a un 3.5% de las personas de más de 40 años. Aunque el glaucoma puede afectar a cualquier persona, sabemos que hay factores de riesgo como los mencionados anteriormente, por eso una historia clínica detallada permite un diagnostico precoz de dicha enfermedad.
El riesgo de pérdida visual y ceguera se reduce con una detección precoz y un control oftalmológico adecuado.
Por esta razón si tienes uno de los factores de riesgo no dudes en pedir una cita y revisarte la visión, si quieres llámanos al 947 260848 para un examen visual completo donde te diremos si tienes riesgo de padecer glaucoma.